QUÉ ES LA PSICOTERAPIA
Un espacio. Tres momentos. Dos objetivos.
La psicoterapia es un espacio donde atender el propio malestar,
trabajarlo y elaborarlo mediante la palabra para propiciar un encuentro
más pleno con uno mismo y con los demás.
… Un espacio…
. Hay momentos en que el malestar psíquico invade nuestra identidad y nuestra vida.
Y nos desborda. El espacio físico, temporal y simbólico que propone una psicoterapia contiene ese malestar, dejando más libre el resto de nuestro vivir, lo cual alivia y produce una sensación de mejoría, ya desde las primeras sesiones.
– “¿Dependeré de un psicólogo para sentirme mejor?”
– La psicoterapia va revelando los recursos de la persona, le proporciona
las herramientas psicológicas necesarias para procurarse contención
y la hace protagonista de la solución de sus problemas.
. La psicoterapia ofrece un espacio de diálogo profundo con uno mismo. Se trata de darse espacio en medio de un vivir que, a menudo, nos resulta demasiado apretado y demasiado pendiente de expectativas ajenas.
– “No quiero hurgar en mi interior ni en mi pasado,
es doloroso e inútil. El tiempo lo cura todo”
– El tiempo sólo repara aquello de lo que uno se responsabiliza.
Desatender sistemáticamente el malestar psicológico lo cronifica.
El diálogo que abre la psicoterapia (entre paciente y psicólogo y
del paciente consigo mismo) no es inquisidor,
sino un diálogo que acoge el dolor a medida que éste se despliega,
al ritmo psíquico del paciente.
Y atendiendo el dolor, haciendo presente el pasado,
es posible asimilar positivamente las experiencias negativas de la vida,
aprovechar el propio potencial y encarar creativamente el futuro.
La psicoterapia se dirige al futuro del paciente.
. La psicoterapia es un espacio de compromiso con uno mismo que otorga libertad.
– “Ya tengo demasiados compromisos,
no quiero atarme a otra «actividad».”
– A menudo imaginamos que haciendo muchas cosas somos más libres.
Pero sólo aquellas relaciones y aquellas actividades
que nacen de un compromiso con uno mismo son libres.
Sólo puede ser original y genuino aquello
que arraiga en nuestro origen, en la propia esencia.
Para ser libre, comprométete con conocerte a ti mismo.
. Muchas veces el malestar psicológico tiene que ver con una pérdida del ritmo vital, frente a la cual la psicoterapia se presenta como un espacio pautado que devuelve el ritmo y la armonía a nuestro vivir.
– “¿Qué puede significar haber perdido el ritmo?”
– Comer demasiado o no comer lo necesario. Dormir mucho o no poder dormir.
Hacer algo en exceso o no poder afrontar nunca algo.
Pegarse demasiado a las personas o permanecer demasiado alejado.
Sentirse demasiado eufórico constantemente o demasiado triste.
Estar demasiado solo o no poder estarlo nunca…
. La psicoterapia es un lugar donde la vulnerabilidad, que es el núcleo de cualquier sufrimiento psicológico, está permitida. Un espacio donde uno, poco a poco, va renunciando a las capas defensivas con las que ha protegido su vulnerabilidad.
Así, en ese espacio, uno va sintiéndose más ligero, más auténtico y más verdaderamente fuerte.
– “Yo soy capaz de resolver mis problemas solo.”
– Habitualmente éste es el pretexto que utilizamos
para seguir eludiendo nuestros problemas.
La persona fuerte no es aquella que nunca se siente frágil,
sino aquella que es capaz de encarar su propia vulnerabilidad.
No es fortaleza psíquica renunciar a los apoyos.
Además, lo que no contamos a los demás es lo que no nos contamos
a nosotros mismos y acaba por encharcar nuestra vida.
Así pues, contar nuestro dolor, pedir ayuda, es empezar a resolverlo.
La psicoterapia es un espacio seguro para abordar el malestar psíquico
porque es objetivo, profesional y confidencial.
… Tres momentos…
. Atender el malestar.
Cuanto antes, mejor. Detenerse sin pasarlo de largo. Nombrarlo. Contenerlo. Contemplarlo. ¿Qué dice? Sostenerlo. Encararlo.
. Trabajar el malestar mediante la palabra.
La palabra nombra el malestar, lo identifica y lo contiene. La palabra indaga sus raíces, lo conecta con uno y con el propio vivir. La palabra desenmascara. La palabra libera. La palabra hace dialogar el malestar con los aspectos creativos de la persona y trama soluciones. La palabra da imagen y prende la imaginación creadora. La palabra nos relata y nos permite ser autores de nuestro vivir. La palabra autoriza. La palabra rescata e ilumina. La palabra humaniza hasta lo más oscuro. La palabra compromete. La palabra sutura. La palabra cura.
. Transformar el malestar.
¿Adónde apunta? ¿Qué me enseña? ¿Cómo me completa? ¿Qué recursos creativos despierta? ¿Qué nuevo orden abre? La psicoterapia permite salir transformado
del malestar.
… Dos objetivos…
. Ser uno mismo y encontrarse plenamente con los demás.
A medida que voy siendo yo mismo, me relaciono mejor con los demás.
. Amar y trabajar creativamente.